Al observar el estado de las distintas áreas de la línea del litoral La Serena-Coquimbo en cuanto a regresión o transgresión de las mismas, se puede de mencionar algunas recomendaciones para la ocupación turística de los sistemas regresivos, coincidentes con las áreas de mayor presión económica:
Eliminar toda posibilidad de extracción de sedimentos, los cuales han sido aprovechados en otros lugares del mundo para la construcción (Paskoff, 1993).
Proteger la vegetación litoral, la cual juega un importante rol estabilizador de riberas móviles, considerando tanto a la vegetación de playa, duna y subacuatica, tales como las algas.
Impedir la construcción de rompeolas o revestimientos en la parte alta de la playa, sector que a menudo es alcanzado por pequeñas marejadas e incluso en pleamar (Peñuelas), ya que en este punto se produce un choque de la ola con la estructura, generándose una suerte de aceleración de los procesos de erosión y socavación, con la consiguiente pérdida de arena y la disminución de la pendiente del perfil de playa. Se recomienda la construcción o manutención de montículos de arenas o dunas artificiales para que actúen como un freno protector de la infraestructura, aunque se pierda lago de espacio “útil” de playa
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